SEGUNDA PARTE
El tal Menitkel se convirtió en erudito, en primer lugar, debido a que su tía, que no tenía hijos,
era una excelente celestina y alternaba considerablemente con los seres influyentes y, en
segundo lugar, porque cuando llegó la edad en que se aproximaba al «umbral eseral» del ser
responsable, recibió, en el día de su cumpleaños, cierto libro de regalo, titulado Manual del
Buen Tono y de cómo escribir cartas de amor.
Viéndose materialmente asegurado y por lo tanto, totalmente libre, gracias a una herencia
legada por su tío, ex propietario de una casa de empeños, se dedicó, por simple aburrimiento,
a recopilar un erudito y grueso trabajo en el cual «rastreaba» todo lo relativo al origen de
dichos monos, configurando una minuciosa teoría con toda suerte de «pruebas lógicas», pero,
claro está, «pruebas lógicas» tales que sólo podían ser percibidas y cristalizarse en las
Razones de aquellas desvalidas criaturas que han despertado tu interés.
Este señor Menitkel «demostró» entonces, con su teoría, que estos «monos congéneres»
descendían nada menos que de lo que se llama la «gente salvaje».
Y los demás seres terrestres de aquel período, de acuerdo con una característica que ya se
había hecho sensible en ellos, creyeron implícitamente a este «tesorito de su tía» sin la menor
actitud crítica y, a partir de entonces, esta cuestión que había agitado la extraña razón de tus
favoritos, se convirtió en tema de análisis y fantasía, prolongándose hasta lo que se conoce
con el nombre de «turno séptimo del gran proceso general planetario de la destrucción
recíproca».
Gracias a esta maléfica idea, llegó a afirmarse en los instintos de la mayoría de estos
desdichados que en aquella época habitaban la Tierra, un nuevo factor anómalo conocido con
el nombre de «factor dictatorial», que comenzó a engendrar en sus presencias comunes el
falso sentimiento de que estos simios eran presumiblemente «sagrados»; y el factor anómalo
generador de este sacrílego impulso pasó también de generación en generación hasta alcanzar
los instintos de gran parte de los seres contemporáneos.
Esta falsa idea, que surgió y se afirmó gracias a la mencionada «progenie de la casa de
empeños», abarcó cerca de dos siglos terráqueos, convirtiéndose en parte inseparable de la
Razón de la mayoría de aquellos seres tricerebrados.
Y sólo con el acaecimiento de diversos sucesos procedentes de aquel proceso planetario
general antes mencionado, comenzó a disiparse hasta desaparecer por fin completamente de
sus presencias comunes.
Pero cuando lo que se denomina «existencia culta» tenía por centro el continente de Europa,
según se llama en la actualidad, y en la época en que la manifestación de intensidad máxima
de la peculiar enfermedad llamada allí «necedad» había vuelto una vez más, enfermedad que,
dicho sea de paso, ya había quedado desde mucho tiempo atrás sujeta a la ley cósmica
fundamental de Heptaparaparshinokh según la cual debía, con respecto a la intensidad,
funcionar también con cierta periodicidad, entonces, para desdicha de los seres tricerebrados
de todo el Universo, la cuestión del Mono, es decir, la cuestión de quién descendía de quién,
surgió nuevamente y, una vez cristalizada, volvió a formar parte de la presencia de la anómala
Razón de tus favoritos.
El estímulo que determinó el renacimiento de esta cuestión del Mono fue también esta vez un
«erudito», tan «grande», por lo demás, como el anterior, si bien dotado de una «formación»
completamente nueva y cuyo nombre era el de Darwin.
Y este «gran» sabio, basando su teoría en la misma lógica terráquea, comenzó a demostrar
exactamente lo contrario de lo que Menitkel había sostenido, es decir, que eran los terráqueos
tricerebrados los que descendían de los señores Monos.
En cuanto a la realidad objetiva de las teorías de estos dos «grandes» sabios terrestres, nada
mejor que citar aquí los prudentes dichos de nuestro estimadísimo Mullah Nassr Eddin:
«Ambos tuvieron un gran éxito, aunque, claro está, no sin suerte, ya que encontraron a la
auténtica madrina de la incomparable Scheherezade en un viejo estercolero.»
En todo caso, deberás saber y recordar que durante varios siglos nada menos, esta cuestión,
tan superflua como la mayoría de las que los ocupan, ha proporcionado abundante material
para el tipo de mentación considerado entre tus favoritos como la «manifestación más elevada
de la Razón».
En mi opinión, tus favoritos podrían llegar a tener una respuesta correcta y satisfactoria a la
cuestión que tanto les ha interesado siempre, es decir, la cuestión del origen de los monos. Si
pudieran acudir también en este caso a una de las sabias frases de nuestro querido Mullah
Nassr Eddin, quien solía decir en ciertas ocasiones:
«La causa de todo malentendido debe buscarse siempre en la mujer». Si la resolución de este
enigmático problema hubiera sido confiada a la sabiduría de nuestro querido amigo, quizás no
hubiera sido difícil descubrir finalmente cuándo y cómo se habían originado los dichosos
monos.
Puesto que esta cuestión de la genealogía de dichos seres es, por cierto, en extremo oscura e
insólita, informaré a tu Razón acerca de la misma con el mayor detalle posible.
En realidad, ni los tricerebrados terráqueos descienden de los monos ni los monos de los
terráqueos tricerebrados, sino que... la causa del origen de los monos radica en este caso,
exactamente como en cualquier otro malentendido, en las mujeres.
Debo decirte, ante todo, que las especies de simios terrestres existentes actualmente bajo
diversas formas exteriores no existían con anterioridad a la segunda «perturbación
Transapalniana»; pues de hecho, la genealogía de esta especie comenzó con posterioridad a la
misma.
Las causas del sufrimiento de este ser tan «maltrecho», al igual que la causa de todos los
demás acontecimientos más o menos serios, en un sentido objetivo, que se desarrollan en la
superficie de aquel desdichado planeta, derivan de dos fuentes totalmente independientes la
una de la otra.
La primera de ellas, como siempre, es aquella falta de previsión por parte de ciertos
Altísimos, Santísimos Individuos Cósmicos y la segunda, también en este caso, aquellas
condiciones anómalas de vida ordinaria establecidas por los terráqueos tricerebrados.
El hecho es que cuando tuvo lugar la segunda perturbación Transapalniana, además del
principal continente, esto es, la Atlántida, muchas otras tierras firmes, grandes y pequeñas, se
hundieron en el planeta, surgiendo en su lugar, otras nuevas.
Estos desplazamientos de las distintas partes de la presencia común de aquel infortunado
planeta, se prolongaron durante varios días, acompañándose de repetidos temblores
planetarios y de manifestaciones tales que no podían dejar de provocar el mayor terror en la
consciencia y los sentimientos de toda clase de seres.
En aquella misma época, gran parte de los tricerebrados —que han ganado tu simpatía— que
lograron sobrevivir junto con diversos seres uni y bicerebrados pertenecientes a otras formas,
debieron instalarse, de buenas a primeras, en las tierras firmes recién formadas, es decir, en
lugares enteramente nuevos y extraños para ellos.
Fue precisamente en esta época cuando gran número de estos extraños seres tricerebrados
Keschapmartinianos de sexo activo y pasivo o, como ellos dicen, «hombres» y «mujeres», se
vieron forzados a vivir durante algunos años en entero aislamiento, esto es, sin la presencia
del sexo opuesto.
Antes de relatarte cómo ocurrió esto, te explicaré algo más detalladamente lo relativo a la
sagrada sustancia que se obtiene como resultado final de las transformaciones evolutivas de
toda clase de alimentos eserales formados en la presencia de todos los seres, sin diferencia alguna
de sistemas cerebrales.
Esta sagrada sustancia que se produce en la presencia de toda suerte de seres, se llama en casi
todas partes, Exioëhary, pero tus favoritos del planeta Tierra, la llaman «esperma».
a la misericordiosa previsión y a los loables designios de nuestro PADRE Y
CREADOR COMÚN, ...
TERCERA PARTE
COMÚN, y de acuerdo con la materialización de la Gran Naturaleza, esta sagrada
sustancia se produce en la presencia de todos los seres independientemente del sistema
cerebral a que ellos pertenecen y de su recubrimiento exterior, principalmente a fin de que
mediante ella, de forma consciente o automática cumplan la parte del deber eseral consistente
en la perpetuación de la especie; pero en la presencia de los seres tricerebrados se produce
también a fin de poder ser transformada conscientemente en sus presencias comunes para el
recubrimiento de los cuerpos eserales superiores de su propio Ser.
Con anterioridad a la segunda perturbación Transapalniana, período éste conocido por los
tricerebrados contemporáneos con la expresión de «Antes del hundimiento del continente de
la Atlántida», durante el cual ya habían comenzado a cristalizarse en las presencias terráqueas
múltiples consecuencias de las propiedades del órgano Kundabuffer, comenzó a configurarse
en ellos un impulso eseral que no tardó en hacerse predominante.
Este impulso recibe en la actualidad el nombre de «placer»; y a fin de satisfacerlo habían
comenzado ya a llevar un género de vida impropio de los seres tricentrados; pues .en su gran
mayoría habían comenzado a extraer la mencionada sagrada sustancia eseral de sí mismos
sólo para satisfacción de aquel impulso.
Pues bien, querido niño; en virtud de que la mayoría de los seres tricerebrados del planeta
Tierra llevaron a cabo en lo sucesivo el proceso de extracción de esta sagrada sustancia de sí
mismos —sustancia que constantemente es generada por sus organismos— no con ciertos
intervalos establecidos normalmente por la Gran Naturaleza para los seres, conforme con su
organización, con el solo fin de perpetuar la especie, y también por el hecho de que en su
mayoría dejaron de utilizar esta sagrada sustancia conscientemente para recubrir sus cuerpos
eserales superiores, sucedió finalmente que cuando la extracción no era producida por los
medios que ya se habían tornado mecánicos, experimentaban, naturalmente, una sensación
denominada «Sirkliniamen», o, como dirían tus favoritos, un estado de «desasosiego», estado
éste acompañado invariablemente de lo que se llama «sufrimiento mecánico».
Si me recuerdas en el momento oportuno el tema de los períodos regulares fijados por la
Naturaleza para el proceso normal de la utilización del Exioëhary por los seres pertenecientes
a otros sistemas cerebrales, con el fin de perpetuar su especie, habré de explicártelo con todo
detalle.
Pues bien; como resultado de todo esto, y debido a que tan sólo se trata de seres
Keschapmartianos, y que la extracción normal de sus presencias de esta sagrada sustancia que
constante e inevitablemente se produce en ellos, sólo puede entrar en actividad con la
presencia del sexo opuesto cuando se halla destinada a la perpetuación de la especie, mediante
el sagrado proceso «Elmooarno», y debido también a que no estaban acostumbrados a
utilizarlo con el fin de recubrir sus cuerpos eserales superiores, estos supervivientes
tricerebrados que acertaron a salvarse, es decir, aquellos que ya habían vivido en la forma
impropia de seres tricerebrados, quiero decir, aquellos que durante varios años habían vivido
sin seres del sexo opuesto, comenzaron a adoptar diversos medios antinaturales para la
extracción de la sagrada sustancia Exioëhary en ellos formada.
Los individuos del sexo masculino adoptaron entonces las costumbres antinaturales
denominadas «Moordoorten», y «Androperastia», o, como dirían los seres contemporáneos,
«onanismo» y «homosexualidad» y estas costumbres antinaturales los satisfacían por
completo.
Pero para los seres tricerebrados del sexo pasivo o, para decirlo con la expresión terráquea, las
«mujeres», dichos métodos antinaturales no resultaron lo bastante satisfactorios, de modo que
las pobres «mujeres huerfanitas» de aquella época, mucho más astutas e ingeniosas que los
hombres, comenzaron a perseguir y adiestrar a seres de otras formas para convertirlos en sus
«compañeros».
Pues bien; fue a raíz de estas «asociaciones» por lo que comenzaron a aparecer en nuestro
Gran Universo seres tales que, como diría nuestro estimadísimo Mullah Nassr Eddin, «no son
ni chicha ni limonada».
En cuanto a la posibilidad de este cruce anómalo entre dos clases diferentes de Exioëhary para
la concepción y nacimiento de un nuevo cuerpo planetario eseral, no estará de más que te
explique lo siguiente:
En el planeta Tierra, exactamente igual que en otros planetas de nuestro Universo habitados
por seres tricerebrados, Keschapmartianos, es decir, seres tricerebrados cuya formación de
Exioëhary con el fin de crear un nuevo ser debe llevarse a cabo necesariamente en las
presencias de dos sexos independientes y distintos, la diferencia fundamental entre los
sagrados Exioëhary formados en las presencias de los sexos distintos y opuestos de seres
Keschapmartianos, esto es, en «hombres» y «mujeres», consiste en que en el Exioëhary
formado en las presencias de los individuos pertenecientes al sexo masculino participa la
sagrada fuerza «afirmativa» o «positiva» del sagrado Triamazikamno, en tanto que en la
formación del Exioëhary en la presencia de los seres pertenecientes al sexo femenino,
desempeña un papel de suma importancia la sagrada fuerza «negativa» de la misma
sacrosanta ley.
Y debido también a la misericordiosa previsión y loables designios de nuestro PADRE de
Todo Cuanto Existe en el gran Universo, y conforme a las materializaciones de la gran madre
Natura, en ciertas condiciones ambientales y con la participación de la tercera fuerza sagrada,
de localización independiente, del sagrado Triamazikamno, es decir: la santa fuerza
«Conciliadora», la fusión de estos dos Exioëharis, producidos en los dos seres independientes,
da lugar, debido al proceso conocido con el nombre de «proceso del sagrado Elmooarno» que
se desarrolla entre los individuos de sexo opuesto, al principio del nacimiento de un nuevo
ser.
La posibilidad, en el caso que nos ocupa, de una fusión anómala entre dos clases diferentes de
Exioëhary surgió tan sólo como consecuencia de cierta ley cósmica conocida con la expresión
de la «afinidad del número total de vibraciones» que tuvo su origen, a su vez, en la segunda
perturbación transpalniana sufrida por ese infortunado planeta.
En cuanto a esta ley cósmica que acabo de mencionar, es absolutamente imprescindible que te
diga cuanto antes que se hizo presente y comenzó a actuar en el Universo, después que la ley
sagrada y fundamental del Triamazikamno fue modificada por NUESTRO CREADOR con el
fin de tornar inofensivo al Heropass, y después de que sus santas partes, previamente en
completa independencia, comenzaron a depender de ciertas fuerzas provenientes del exterior.
Entenderás perfectamente esta ley cósmica cuando, según ya te prometí, te haya explicado
con el más mínimo detalle todas las leyes fundamentales de acción general que rigen la
creación del mundo y su existencia.
Mientras tanto, has de saber, en lo relativo a este asunto, que en general, en todos los planetas
de vida normal que integran nuestro Gran Universo, el Exioëhary formado en la presencia de
un ser tricerebrado dotado de órganos perceptivos y transformadores para la localización de la
santa parte afirmativa del sagrado Triamazikamno, es decir, un ser Keschapmartiano de sexo
masculino, no puede nunca, debido a la ley que acabo de mencionarte, fusionarse o mezclarse
con el Exioëhary formado en la presencia de un ser bicerebrado Keschapmartiano del sexo
opuesto.
Al mismo tiempo, el Exioëhary formado en el individuo Keschapmartiano tricerebrado de
sexo femenino, puede, a veces —en aquellos casos en que se produce una combinación
especial de las fuerzas cósmicas de fusión, haciendo que entre en acción la referida ley—
fusionarse completamente,
completamente, en ciertas condiciones ambientales, con el Exioëhary formado en
los seres Keschapmartianos bicerebrados de sexo masculino, pero sólo como factor activo en
el proceso de la materialización del sagrado Triamazikamno fundamental.
En suma: durante aquellos terribles años vividos por el planeta Tierra se produjeron cosas
sumamente extrañas en el Universo, es decir, que fue posible la fusión de los Exioëharis de
dos seres Keschapmartianos de sexo opuesto pertenecientes a diferentes sistemas cerebrales; y
el resultado de ello fueron los antecesores de estos maltrechos seres terrestres, conocidos en la
actualidad con el nombre de monos, que no han dado tregua a tus favoritos, y que
invariablemente, de tiempo en tiempo, hacen presa de su interés, agitando su extraña Razón.
Pero cuando transcurrido dicho período, terrible para el destino terráqueo, volvió a
establecerse el proceso relativamente normal de la existencia ordinaria, los individuos de sexo
diferente volvieron una vez más a buscarse entre sí y a compartir sus existencias, de modo tal
que la perpetuación de la especie correspondiente a los simios se llevó a cabo en lo sucesivo
de forma similar a la de los demás seres Keschapmartianos.
Y esta perpetuación de la especie a cargo de los simios anormalmente concebidos, pudo tener
efecto dado que la concepción del primero de estos anómalos seres había tenido lugar en las
mismas condiciones externas antes mencionadas, que determinan generalmente las presencias
de estos futuros Keschapmartianos de sexo activo y pasivo.
El resultado más interesante de esta manifestación, ya de suyo, por demás anormal, de los
Seres tricerebrados que habitan tu planeta favorito, fue la generación de gran número de
especies de simios, de forma exterior marcadamente distinta, que existen todavía en la actualidad
y que guardan, todas ellas, una definida semejanza con cierta forma de cuadrúpedos
bicerebrados que habitan actualmente en el planeta Tierra.
Esto sucedió debido a que la fusión del Exioëhary de los seres tricerebrados
Keschapmartianos de sexo «femenino» que sirvieron como punto de partida para la
generación de los antecesores de los monos actuales, tuvo lugar con el Exioëhary activo de
dichos cuadrúpedos.
Y por cierto, querido nieto, que en la época de mi último viaje personal al planeta Tierra,
acerté, en el transcurso de mis numerosos viajes, a encontrar diversas especies independientes
de simios, y cuando, por una costumbre mía que ha llegado a convertirse en una segunda
naturaleza para mí, los observé detenidamente, pude comprobar, sin lugar a dudas, que la
totalidad del funcionamiento interno de lo que se conoce con el nombre de «postura
automática» de cada especie independiente de estos monos contemporáneos, era exactamente
igual al existente en la presencia de ciertos cuadrúpedos que allí se desarrollan, conforme a las
leyes universales normales, y que incluso los denominados «rasgos faciales» se parecían
definidamente a los de dichos cuadrúpedos.
Pero, en cambio, lo que se denomina «rasgos psíquicos» de todas las especies diversas de
simios son absolutamente idénticos, incluso en sus menores detalles, a los del psiquismo de
los seres tricerebrados de sexo femenino que habitan el planeta Tierra.
En este momento de su relato, Belcebú hizo una larga pausa, y mirando en los ojos a su
favorito Hassein, con una sonrisa que claramente quería expresar dos cosas distintas, continuó
diciendo:
—En el texto del heterograma que acabo de recibir me dicen también que a fin de determinar,
esta vez definitivamente, quién desciende de quién —si los tricerebrados terráqueos de los
monos o los monos de ellos—, tus favoritos han llegado incluso a decidir la realización de
experimentos científicos, y que en este momento muchos de ellos ya se han puesto en marcha
hacia el continente de África, donde habitan muchas especies de simios a fin de procurarse el
número necesario de individuos para llevar a cabo sus investigaciones «científicas».
A juzgar por este heterograma, tus queridos terráqueos han vuelto a caer en sus propias
«trampas».
Gracias a todo lo aprendido en mis viajes por la Tierra, puedo prever que este «experimento
científico» habrá de interesar, por supuesto, a todos tus favoritos, sirviendo, durante largo
tiempo, de inapreciable material a sus extrañas Razones para interminables discusiones y
polémicas.
Y todo esto no estará sino en el orden de cosas habitual en aquel rincón del universo.
En cuanto al «experimento científico» en sí mismo, puedo afirmar con toda certeza, de
antemano, que, por lo menos en su primera parte, tendrá un «éxito maravilloso».
Y tendrá un éxito maravilloso debido a que los propios monos, como auténticos hijos del
proceso «Terbeiniano», y a causa de su peculiar naturaleza, son ya de por sí en extremo
amantes de todo lo que sea «titilaciones» y por lo tanto, habrán de participar con el mayor
interés de su parte en dicho «experimento científico».
Y en cuanto a los individuos encargados de llevar a cabo este «experimento científico» y en
cuanto al beneficio a extraer del mismo por los demás seres tricerebrados del planeta, es
sumamente fácil representárselo, si se recuerda la sabia y prudente expresión de nuestro
honorable Mullah Nassr Eddin, que dice: «Feliz el padre cuyo hijo se halla ocupado, aunque
no sea más que con crímenes y robos, pues de este modo no tendrá tiempo para acostumbrarse
a la práctica de la titilación.»
Así es, querido nieto; al parecer, nada te he dicho acerca de quiénes, cómo y por qué, desde
que abandoné el sistema solar de Ors, me envían estos heterogramas, teniéndome al corriente
de los hechos más importantes acaecidos en los diversos planetas de aquel sistema y, por
supuesto, también de los sucesos acontecidos en el planeta Tierra.
Como recordarás, te dije antes que mi primer descenso personal a la superficie de tu planeta
favorito tuvo lugar por causa de un joven miembro de nuestra tribu, quien más tarde se negó a
permanecer más tiempo en la Tierra, regresando con nosotros al planeta Marte, donde tiempo
después se convirtió en un excelente jefe de todos los miembros de nuestra tribu residentes en
aquel planeta y que es, en la actualidad, el primer jefe de todos los miembros pertenecientes a
nuestra tribu que, por una u otra razón, viven todavía en los lejanos planetas del sistema de
Ors.
Pues bien; cuando abandoné aquel sistema le regalé mi famoso observatorio con todo lo que
contenía y, como prueba de gratitud por mi presente, me prometió informarme mes a mes, de
acuerdo con el cálculo cronológico del planeta Marte, sobre todos los sucesos de importancia
que tuvieran lugar en los planetas de aquel sistema.
De modo, pues, que me mantengo perfectamente al tanto de los hechos más importantes
acaecidos en aquellos planetas en que hay vida eseral.
Ahora bien; este amigo mío, sabedor de mi gran interés por los seres tricerebrados que residen
en el planeta Tierra, hace lo posible, como podrás ver, para procurarse informaciones
fidedignas, relativas a todas las manifestaciones terráqueas, de modo tal que pueda hallarme
constantemente informado del proceso total de la existencia ordinaria de estos seres
tricerebrados, aun cuando me encuentre a distancias inaccesibles, incluso para sus alados
pensamientos.
Este jefe de nuestra tribu recoge los diversos tipos de información relacionada con los
terráqueos tricerebrados, bien por medio de sus propias observaciones, obtenidas mediante el
gran Teskooano que yo le legué, o bien de los informes transmitidos por aquellos tres seres
tricerebrados de nuestra propia tribu que decidieron residir de forma permanente en el planeta
Tierra, miembros éstos que en la actualidad ejercen en el continente de Europa diferentes
actividades sustancialmente independientes, indispensables para la existencia de todos los que
allí habitan, en las condiciones actualmente prevalecientes.
CONTINUA EN 5 Y 6